La carga de un remolque debe distribuirse de manera que el centro de gravedad esté lo más cerca posible del eje del remolque. Esto garantiza una estabilidad de marcha y un control óptimos del remolque. Un centro de gravedad de carga muy atrás puede tener un impacto grave en la estabilidad de conducción de su remolque. Esto puede hacer que el remolque se balancee más fácilmente durante movimientos bruscos de dirección o a velocidades más altas, aumentando el riesgo de accidente. Si la presión de los neumáticos de su remolque es demasiado baja, puede afectar la estabilidad de conducción de su remolque. Por un lado, una baja presión de los neumáticos provoca una peor adherencia a la carretera, lo que hace que el remolque sea más incontrolable en las curvas. Por otro lado, una presión baja de los neumáticos provoca un mayor desgaste de los neumáticos, lo que aumenta el riesgo de que se dañen los neumáticos durante la conducción. Un amortiguador que ya tiene fugas también puede tener un impacto negativo en la estabilidad de conducción de su remolque. El amortiguador con fugas de su remolque pierde sus propiedades de amortiguación, lo que puede provocar un comportamiento de conducción inestable y situaciones peligrosas que son difíciles de controlar.